¡Usted no es su entrenador, es su padre!
Los niños practican deportes por diversión. Olvidar esta máxima y generar presión en los hijos es el mejor camino para conducirles a que lo abandonen.
"Me siento triste cuando mi padre me regaña después del partido. Me dice que no he jugado con intensidad, que así no seré nunca un jugador de Primera División, que fallo en los pases porque me falta concentración. Y mi madre le apoya...."